No quiero cuadros bizantinos ni tapices persas
Ni imágenes de la Biblia ni las estatuas de los ángeles...
Sólo quiero ver
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No quiero los ritmos de la jungla ni quiero las notas de un aventurero
Ni las lágrimas de las ovejas ni la sangre de un unicornio
Sólo quiero ver
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No quiero las manos de un mono ni los dientes de un minotauro
Ni la luz de una Estrella ni las alas de un hada
Sólo quiero ver
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No quiero el cantar de una sirena ni el llanto de un dinosaurio
Ni los gemidos de una ballena ni la poesía de las olas
Sólo quiero ver
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No quiero el tacto de un ciego ni la voz de un sordo
Ni las pisadas de quien se va ni las moscas de una casa
Sólo quiero ver
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No quiero creer en lo inevitable ni ver el octavo día
Ni pensar en que la Luna vuelva ni en tu voz
Sólo quiero ver
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No quiero pensar dónde están los ladrones ni buscar una sombra
Ni ver esos ojos así, tan nítidos e imprevisibles
Sólo quiero apreciar el millón de noches que podrían guardar mis brazos si sólo hubiera visto mejor a la Muerte a la cara...
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